O SORRISO DE PANDORA

“Jamais reconheci e nem reconhecerei a autoridade de nenhuma pretensa divindade, de alguma autoridade robotizada, demoníaca ou evolutiva que me afronte com alguma acusação de pecadora, herege, traidora ou o que seja. Não há um só, dentre todos os viventes, a quem eu considere mais do que a mim mesma. Contudo nada existe em mim que me permita sentir-me melhor do que qualquer outro vivente. Respeito todos, mas a ninguém me submeto. Rendo-me à beleza de um simples torrão de terra, à de uma gotícula de água, à de uma flor, à de um sorriso de qualquer face, mas não me rendo a qualquer autoridade instituída pela estupidez evolutiva da hora. Enfim, nada imponho sobre os ombros alheios, mas nada permito que me seja imposto de bom grado Libertei-me do peso desses conceitos equivocados e assumi-me como agente do processo de me dignificar a mim mesma, como também a vida que me é dispensada. Procuro homenageá-la com as minhas posturas e atitudes e nada mais almejo. É tudo o que posso dizer aqueles a quem considero meus filhos e filhas da Terra. “ In O SORRISO DE PANDORA, Jan Val Ellam

quarta-feira, agosto 07, 2013

AS FERIDAS EMOCIONAIS...

UN DOLOR CRÓNICO...

    
 
 
"La gran tragedia de los que hemos tenido heridas emocionales tempranas es que siempre queda un dolor, intermitente pero crónico, que reaparece en determinados momentos. A veces se debe a que por nuestra historia, somos capaces de soportar estar junto a personas que nos traicionan y no nos reconfortan (es lo que conocimos en la infancia) pero otras veces -y quizá sea mas dramático- cualquier fallo de empatía de la otra persona, o una muestra de autonomía que el otro tiene, es vivido como un abandono.
No sé si hay remedio para esto desde el momento en que en ocasiones nos dan amor y no lo podemos sentir...Quizá lo mejor sea aceptar que ese dolor siempre nos va a acompañar de forma intermitente, y que aprendamos a desarrollar la tolerancia a esos momentos, siendo muy, muy conscientes de cuando nos sentimos queridos, y fijemos con fuerza esos momentos en la memoria.
El remedio en el momento de dolor será no fijarnos en el ahora, sino en los recuerdos de nuestra felicidad pasada, porque el pensamiento se tiñe del sentimiento oscuro que tenemos, y la memoria sólo nos trae lo que está teñido de ese color. Debemos hacer un esfuerzo para rememorar los otros colores, ya que lo que nos sucede es lo mismo que olvidar en invierno que el verano existe.
Paradójicamente, con esos ejercicios de memoria podremos disfrutar mejor del ahora..."
 

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